domingo, 5 de febrero de 2012

Anónimo

Tenía tantas cosas que decirte que me olvidé firmar en la carta. Aun así mi letra me delata, mi voz, mi sintaxis, mi ortografía... Todo está barnizado de algo que aunque sea mínimo es particularmente mio, y eso me hace perder la posibilidad de ser anónimo. ¿Que te diría con otra cara y con otra voz? El anónimo no conoce el miedo ni el pudor, es invencible. Aunque pueda darte confianza, a veces he pensado en mostrarme anónimo ante ti, para poder tratarte sin todos esos juicios que arrastras, con todo lo que está firmado con mi nombre. Como empezar desde cero, desconocerme para que realmente me conozcas después. Y eso creo, que muchas personas nunca me podrán llegar a conocer, si no me desconocen primero...

No hay comentarios:

Publicar un comentario